La llegada a Marrakech es caótica, emocionante, inquietante y siempre sorprende.
El viaje a Marruecos nunca te dejará indiferente, es como viajar en el tiempo a través de sus calles, sus olores, sus mercados y sus sabores.
Hemos elegido un pequeño y cómodo Riad en un barrio poco turístico de la ciudad. Riad Jomana es un lugar al que ya he regresado varias veces por su ubicación (está muy cerca del centro, pero lo suficientemente lejos del bullicio), sus dueños son unas personas amables y facilitadores; si me voy al desierto, puedo dejar el equipaje allí y llevarme solo lo imprescindible, siempre me aconsejan algún lugar nuevo donde poder comprar o tomar un buen té. Además el Riad tiene un pequeño patio donde tomar el desayuno casero que prepara su cocinera y que es la mejor manera de empezar cualquier día. Las habitaciones son cómodas y el precio es asequible (+-30 euros habitación doble con desayuno incluido).
Desde el Riad Jomana podemos ir andando y rápidamente nos encontraremos en el laberinto de calles que conducen a la plaza, estas callejuelas están repletas de tiendecitas y bazares y cafés muy pintorescos, sus vendedores nos van a abordar siempre ofreciéndonos la ganga del año…
Yo recomiendo disfrutar del paseo y no tener prisa, perderse por las calles y tomar un té o comprar especias a muy buen precio en cualquiera de los puestos que encontramos y que son una delicia para los sentidos…
La puesta del sol es hermosa en Marrakech
No hay que perderse la puesta de sol desde cualquiera de los cafés situados en los áticos de la plaza, esta es una de las imágenes del viaje sin duda. También podemos jugar al arte del regateo en algún bazar de la plaza o de sus callejuelas, hay que tener en cuenta que el juego lo inventaron ellos y que aunque nos hagan creer que les hemos ganado la partida por comprar cualquier artículo a muy buen precio… ellos siempre ganan J tampoco debemos ofrecer una miseria por sus artículos, ya que les podemos ofender y no hay que olvidar nunca, que estas personas se pasan muchísimas horas de su día dedicados a la venta y que es su medio de vida. Si no nos interesa un precio, es mejor dar las gracias y marcharnos.
Los Jardines de Menara
Otro de los lugares imprescindibles en Marrakech son los Jardines de la Menara, es un verdadero Oasis en medio de la ciudad, con su pabellón de tejado verdoso que fue un lugar de recreo del Sultán Abd-al-n Rahman y del que nos contaron muchas historias en nuestra visita que espero que no sean ciertas…
El restaurante Riad Zouba
En sus jardines hay caminitos por los que se puede pasear y disfrutar del frescor de sus árboles y plantas, es un lugar muy mágico que merece la pena disfrutar.
Ya de vuelta al hotel, nos ha llamado la atención un restaurante que encontramos en el camino (Riad Zouba) nos ha parecido tan bonito que nos hemos quedado a cenar en su terraza ático y ha sido una gran elección, ya que el lugar es maravilloso, con una pequeña carta de joyas para degustar y una terraza a la luz de la luna y de las velas, es un antíguo Riad reconvertido en restaurante, con muy buen gusto, unos precios nada caros para la calidad y el nivel que ofrecen, totalmente recomendable pasar por aquí!!
Como mañana vamos a visitar Essaouira, es mejor irse a dormir pronto, por lo que nos vamos al hotel.
Nos queda aún mucho por visitar y recorrer en Marrakech, vamos a hacer un alto mañana para visitar Essaouira y de vuelta a Marrakech intentaremos no dejar ningún lugar pendiente, o al menos visitar los más renombrados.
