Cuando planeaba mi viaje a Jamaica, eran muchas las voces que me alertaban de los peligros de la isla; es un lugar peligroso, ten cuidado con los jamaicanos, cuidado con las drogas, cuidado, cuidado, cuidado.

Solo os diré que cuando acabé mi viaje a Jamaica, tuve la sensación de haber conocido un país maravilloso, un país de gente que ama la música, que ama la vida y que tiene una conexión muy especial con la naturaleza y con el mundo interior, con lo espiritual… Un país que me enseñó mucho, donde pude desprenderme de algunos de esos miedos y también donde compartí experiencias increíbles con sus gentes y de su cultura, en mi vida diré que Jamaica marcó un punto de inflexión con mi mundo interior. Siento un profundo respeto por la cultura rastafari, de la que quise aprender su historia que intentaré transmitir desde este blog.